La danza moderna nace en los años 60, en las calles de Nueva York de la mano de comunidades latinas y afroamericanas. Este arte callejero transformó al completo parques y clubes nocturnos llenándolos de ritmo y creatividad.

De esencia improvisada, social y única, este estilo conecta a los bailarines con los espectadores, invitándolos a compartir, disfrutar y vivir la música en cada paso. Es un estilo en constante evolución, fusionando culturas y ritmos para crear coreográfias llenas de fuerza y personalidad.

En nuestra escuela lo trabajamos como lo que realmente es: una experiencia que inspira, motiva y te conecta con los demás, mientras desarrollas tu estilo propio y liberas toda tu energía.